28 de septiembre de 2017 a las 14:56
"Consejos para niñas: sé escandalosa y repugnante y ocupa espacio. Deja de decir 'lo siento' y comienza a decir 'no me interrumpas'. Deja de decir 'porque tengo novio' y comienza a decir 'porque dije que no'. Diga 'no' y diga 'no es de su incumbencia'. Tome selfies y no se ría de las bromas que no son divertidas. Sea irónica y sarcástica y use su cabello de la manera que le guste. Ayude a otras chicas y hable de lo que le hace enojar. Sé masculina y femenina y ambos y ninguno y no te arrepientas. No dejes de lado tu comodidad por el ego de los niños."
Cavaleiro Eclesiaste En resumen, ¡sé grosera!
05 de octubre de 2017 a las 11:17
Cavaleiro Eclesiaste Y arrogante
05 de octubre de 2017 a las 11:19
Cavaleiro Eclesiaste Y ejerce la misma tiranía que odias
05 de octubre de 2017 a las 11:21
Comenté en el original - 1
Hago mías las palabras de Cavaleiro Eclesiaste, pero complementaré con lo que ya iba a escribir: ¿por qué tú, mujer, no te educas para ser menos tonta, especialmente cuando quieres decir que, literalmente, Dios y el mundo deben ser y hacer? Por eso digo que el lesbianismo es una enfermedad psiquiátrica: ¿cuál es el problema de ser una mujer agradable? ¿Y cuál es el problema de merecer respeto en lugar de querer cosechar flores plantando veneno?
¡Y viva los hombres de buen carácter! ¡Y viva la prostitución!
Comenté en el original - 2
¿Por qué una mujer no puede ser un dulce recuerdo en los recuerdos de los hombres a los que pasa al lado?
No tenemos que ser o sentirnos mujeres maravillosas donde sea que estemos, necesitamos hacer que las personas se sientan mejor porque estamos cerca.
Que un hombre amigo, conocido o desconocido a quien ya no vemos recuerde nuestra sonrisa y se sienta reanimado.
Que un hombre desconocido que recibió una sonrisa de nosotras en la calle esté encantado. Que él se anime porque no intercambiamos la amabilidad por el temor de parecer una mujer fácil.
Que nuestro bien también traiga bien a los demás. Que cada hombre que nos hace bien reciba de nosotras algo bueno. Y que el bien y el placer que él recibió lo anime a desarrollar y practicar lo que él tiene de bueno.
Que él recuerde con placer el sexo que tuvo con nosotras. O, si es así, que él recuerde nuestros pechos carnosos o nuestro trasero apetitoso, y que nunca nos sentiremos ofendidas o humilladas por eso.
Que los chistes desvergonzados de nuestros amigos y conocidos varones no nos quiten nuestra alegría. Y que nuestros chistes desvergonzados hagan la alegría de ellos.
Que nosotras mujeres estemos presentes en los recuerdos de otras personas como un dulce recuerdo, una cosa buena en el corazón de cada uno que nos pasó.
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Abigail Pereira Aranha at / en / dans / a VK: vk.com/abigail.pereira.aranha